animales mitologicos
viernes, 18 de mayo de 2012
LEON DE NEMEA
En la mitología griega el león de Nemea (en griego λεον Νεμειος leon Nemeios; en latín Leonem Nemeum) era un despiadado monstruo que vivía en Nemea. Finalmente fue vencido por Heracles. Suele considerársele hijo de Tifón y Equidna1 o de Ortos y Quimera,2 aunque también se ha dicho que habría caído desde la luna, como hijo de Zeus y Selene.3
QUIMERA
En la mitología griega, Quimera (en griego antiguo Χίμαιρα Khimaira; latín Chimæra) era un monstruo horrendo, hija de Tifón y de Equidna, que vagaba por las regiones de Asia Menor aterrorizando a las poblaciones y engullendo rebaños y animales. Fue madre con Ortro de la Esfinge y el León de Nemea.
«Quimera» procede del griego Χίμαιρα Khimaira, que significa ‘macho cabrío’. Puede que tras el mito esté una batalla real contra un líder guerrero o un bandido cuyo nombre, título o símbolo tuviera que ver con el macho cabrío.
Las descripciones varían desde las que decían que tenía el cuerpo de una cabra, los cuartos traseros de una serpiente o un dragón y la cabeza de un león, hasta las que afirmaban que tenía tres cabezas: una de león, otra de macho cabrío, que le salía del lomo, y la última de dragón, que nacía en la cola. Todas las descripciones coinciden sin embargo en que vomitaba fuego por una o más de sus cabezas y por su trasero. Era sumamente rápida.
Quimera fue derrotada finalmente por Belerofonte con la ayuda de Pegaso, el caballo alado, a las órdenes del rey Iobates de Licia. Hay varias descripciones de su muerte: algunas dicen simplemente que Belerofonte la atravesó con su lanza, mientras que otras sostienen que la mató cubriendo la punta de la lanza con plomo que se fundió al ser expuesto a la ardiente respiración de Quimera.
CICLOPE
Los cíclopes de acuerdo a la mitología griega eran gigantes de un solo ojo en medio de la frente. Se los consideraba hóstiles y de naturaleza maléfica. Algunos de ellos, personificaban fenómenos atmosféricos: la tempestad, el trueno, el rayo y otros eran constructores a los que se les atribuían algunos sectores de los palaciones helénicos.
MEDUSA
En la mitología griega, Medusa (en griego antiguo Μέδουσα Médousa, ‘guardiana’, ‘protectora’)1 era un monstruo ctónico femenino, que convertía en piedra a aquellos que la miraban. Fue decapitada por Perseo, quien después usó su cabeza como arma2 hasta que se la dio a la diosa Atenea para que la pusiera en su escudo, la égida. Desde la antigüedad clásica, la imagen de la cabeza de Medusa aparece representada en el artilugio que aleja el mal conocido como Gorgoneion.3
CARCINOS
es un cangrejo gigante de la mitología griega que habitaba en la laguna de Lerna.1 Es un personaje secundario en el mito de los doce trabajos de Heracles, a quien, por orden de Hera, ataca mientras lucha contra la Hidra de Lerna;2 como recompensa por esta acción, Hera le convierte en la constelación de Cáncer.3
Dado que no es un elemento principal del mito, no siempre aparece en las versiones que han llegado hasta la actualidad; no obstante, clásicos mitógrafos, astrónomos, historiadores o filósofos como Platón, Pseudo-Eratóstenes, Pseudo-Apolodoro e Higino mencionan en sus textos al personaje.
Una de las interpretaciones más habituales del mito lo asocia con una batalla del siglo XXII a. C. en el Peloponeso, que ocasionó la destrucción de Lerna (de influencia minoica) por pueblos pre-micénicos.4
En el arte, Carcinos suele aparecer representado como detalle del mito de la Hidra o como imagen del signo del Zodíaco y la constelación a los que da nombre.
COLOSO
El Coloso de Rodas era una gran estatua del dios griego Helios, realizada por el escultor Cares de Lindos en la isla de Rodas (Grecia) en el 292 a. C. y destruida por un terremoto en el 226 a. C. Es considerada una de las Siete maravillas del mundo antiguo.1
Todo lo que se conoce sobre esta estatua se debe a las noticias que dejaron los escritores antiguos Plinio el Viejo, Polibio2 y Estrabón, y a las crónicas bizantinas de Constantino VII Porfirogéneta, Miguel el Sirio y Filón.
La estatua ―hecha con placas de bronce sobre un armazón de hierro― representaba al dios griego del sol, Helios. Según Plinio el Viejo, medía unos 32 m:
Pero de todos el más admirado fue el Coloso del Sol, en Rodas, hecho por Cares el Lindio, alumno del Lisipo antes mencionado. Esta estatua medía 70 codos de altura.3 Después de 66 años un terremoto la postró, pero incluso yacente es un milagro. Pocos el pulgar pueden abarcar con los brazos, sus dedos eran más grandes que la mayoría de las estatuas que tenian marfil. El vacío de sus miembros rotos se asemeja a grandes cavernas. En el interior se ven magnas rocas, con cuyo peso habían estabilizado su constitución. Doce años tardaron en terminarla y costó 300 talentos, que se consiguieron de las máquinas de guerra abandonadas por el rey Demetrio en el asedio de Rodas.
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